miércoles, 29 de agosto de 2007

Detrás en la azotea

"Tal vez la muerte detrás de esa sonrisa sea amor;
un gigantesco amor en cuyo centro ardemos",
Blanca Varela

Ahora todo parece más calmo.
Ya la ola calló tenue, casi irreverente.
Palaciegos ojos giran y guiñan un as de luz.
Se escuchan pasos y las manos bailan.

Las lechuzas gimen en medio de la pista.
Los olores crujen derrotados.
Las lágrimas emprenden retirada.

Y suenan las balas.
Allá.
Donde el llanto cobra presos.
Donde la edad corta el daño.

En la azotea de los delfines.
Donde nadie tiene sombra.
Pues la sangre ya no pinta.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Del otro lado del Espejo..allá mas lejos.
te leo con detenimiento...
saludos Caro

su dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Bonito...

© Claudia, la chef dijo...

Me alegro de que haya llegado la calma, por fin.

Dante Bertini dijo...

más que caballito o cronopio, un escorpiano "comme-il-faut"

angélica beatriz dijo...

Un poema profundo, que cimbra y deja su huella en el alma.

Gracias mi querido Rudy.

Muchos besos para ti.

Sonia Ló dijo...

apenas note tu vicita mi blog
gracias (:
y yo solo celebroa los gatos
tengo cierto problema con las ardilas jeje
saludos y espero me sigas vicitando
revice tu otros blogs y este me parecio mas agradable para frecuentar
nos estamos leyendo!

su dijo...

jajaja, espero q me cuentes el lío con los roedores. gracias x visitarme y sí, en suvoyeur hablo de muchas cosas pero si pinchas en los tags de literatura, arte o perú.21 de seguro encontrarás cosas afines a ti. un beso y ya te visitaré