miércoles, 6 de febrero de 2008

ángel de alas negras

Adentrarse en mis ojos
es aceptar una invitación
de otro tiempo aún vigente.
Es ser capaz de aceptar
que no soy bueno.

Es ensuciarse con la mierda
chorreada de mis esquinas y
tropezar con orines o pelos mojados.
Es caminar por el cementerio
de mis sueños.

Divulgar, entre nos, esas ganas ausentes.
Verte al espejo
romperlo, echar a reír.
Es estrellarte en la ausencia,
reconocer la violencia, ser parte de ella.

Gritar, morder, llorar y saber que no hay
una puta respuesta.
Es sentirte absurdo.
Es dar...
...saber que SOLO EXISTES.

¡Es no claudicar!
y en ese dolor seguir
en el aire,
sus silencios y
la parsimonia de la gente.

Es creer en mí,
en ti,
en un pedazo de esto
que llamamos
HUMANIDAD.

Es morir
cada noche,
coserte,
remendar tus heridas,
alzar vuelo.

Porque tus alas
aunque viejas,
maltratadas y
quemadas
todavía te obedecen.

2 comentarios:

Rubén Darío Carrero dijo...

Te atreves, te vas, regresas y otra vez te atreves. Es como sino quisieras estar aquí y dejarás mensajes para no encontrarte. Eso es lo que me ha dicho tú poesía esta noche. Al leerte te obedezco y gentilmente toco la puerta al otro lado del silencio para...¡no sé! Es dar...Saber que sólo existes.

Quiroga dijo...

Es un proceso y un fin, que aún así no existe, porque el que se adentra es el que labra.

Una recomendación es como una canción; debes escucharla más de una vez para disfrutarla.