a pedacitos
con esa sonrisa siniestra
con que se miran los justos
nosotros
los más justos
aún no hemos aprendido
suavemente y entre susurros
en esta noche de invierno
que no necesita motivos
derramando
la extorsión del veneno
que he ayudado a macerar
arráncamela
despiértame
violéntame
mantenme vivo
lenta
calladamente si quieres
no abriré los ojos